I Parte: 2004 – 2005. Fundación y primeros pasos.

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La historia de Malácticos comienza con una derrota. Una derrota personal de 6 jóvenes jugadores amateur de Baby Fútbol, constantemente olvidados por sus compañeros en el tradicional momento de elegir equipo, durante aquellas características y apasionadas “pichangas”, tan comunes en la época escolar.

Yungay, Región del Bío Bío. Corría Octubre de 2004, y la primavera estaba en pleno, cuando, inesperadamente, este grupo de amigos se atrevió a enfrentar el desafío de otro curso de su colegio, aún sin contar con ningún antecedente que les permitiera soñar con la victoria: se trataba del duelo de 6 futboleros excluidos contra un equipo ya formado…

El escenario era la Cancha del Gimnasio Multiuso de Yungay, y nadie creía que este grupo de inexpertos lograra algo… Pero como en todas las grandes historias, ocurrió lo inesperado, y tras celebrar el 12-9 a favor, César Guiñez, Diego Arévalo, Mario Flores, Marcelo Figueroa, Felipe Ramos y Rodrigo Roa decidieron continuar por la senda que aparecía frente a ellos: formar su propio equipo, defender sus propios colores, como una respuesta a la verdadera segregación deportiva de la que habían sido víctimas.

Por esos días, los “galácticos” de Real Madrid eran el tema de moda: una selección de jugadores-estrella, rodeados de lujos y triunfos…  Este nuevo equipo era exactamente lo opuesto, y nadie esperaba nadie de ellos: por esto, y en honor a su propia condición, lo llamaron “Malácticos”.

Pero contrario a los pronósticos, los triunfos llegaron, contra diversos rivales, y a pesar de un par de pequeños traspiés, en esta época se registra un record que aún hoy no ha sido superado: 7 victorias consecutivas, que incluso tuvieron añadidas algunas apuestas monetarias.

Comenzaba a crearse una tradición. Un equipo con muchos ripios, poco brillo, pero mucha garra. Un equipo que triunfaba en las más grandes adversidades, y que con cada victoria, pateaba un poco más lejos esa derrota personal desde la que habían nacido.

Durante esta época, además, luego del Partido n°5, llega el primer refuerzo, uno que se ganaría un lugar junto a los fundadores: el arquero Fernando Vásquez. Tras esto, se crearía una gran regla, indispensable para las siguientes incorporaciones, y que se mantuvo durante varios años: los jugadores que actuaran por este equipo, no podían ser hinchas de la “U”, regla que fue abolida sólo recientemente.

Clave en el crecimiento de este equipo, fue el primer partido disputado fuera de su Yungay natal. Lican Ray fue testigo del gran triunfo de Malácticos, por 6 a 3, contra un combinado local. Aún se recuerda particularmente al jugador que reforzó al equipo sólo por ese partido, anotando incluso un gol: un tal Jorge, de apellido desconocido, oriundo del lugar, fanático de Colo Colo… Nunca más se supo nada de él.

Poco a poco los rivales fueron sumando. Uno tras otro, Malácticos enfrentaba los partidos con el mismo afán, alcanzando grandes resultados, como una de las goleadas más grandes de su historia: 30-13, contra el equipo de Adrián Cid, en la Cancha del Hospital, en Yungay.

Así, y en el transcurso del verano siguiente, se sucedieron los partidos, hasta encontrar a sus primeros grandes rivales, “Los Flippers”, con los que disputó apretados encuentros, en lo que hoy se conoce como el “Clásico Antiguo”.

A esta altura, el equipo ya estaba formado, con un trasfondo concreto, y viviendo un sólido momento, desde el cual se podía construir un gran futuro.

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